Un Domigo diferente
Sonrío y pensó “ que hermoso Domingo. Disfrutaremos en familia muchísimo hoy. Ufff somos como diez!!” Sentía muchísimo cansancio, porque su semana laboral había sido muy estresante. Y se había quedado trabajando hasta tarde el Sábado.
Se levantó con muchísimo cuidado, grácil como una gacela, sin hacer el mínimo sonido, teniendo la delicadeza de no despertar a S que dormía plácidamente a su lado. Apagó el despertador justo antes que sonara. Ocho de la mañana.-
Comenzó a preparar el desayuno. Café con leche con tostadas. Hizo la cantidad suficiente para que S y sus hijos las disfrutaran al levantarse. Mientras sorbía el café, anotaba mentalmente “ 5 kilos de asado. Las ensaladas y el postre lo preparo mas tarde. De las bebidas se encarga S”.-
Arrancó con las tareas de limpieza. Primero el baño, que estaba aun con la camisa y el pantalón de S tirada en el suelo despúes de su rápida ducha la noche anterior. Y el canasto de la ropa sucia, al lado. “No hay caso, está de adorno”. Sonreía. “Cuando aprenderá que el baño no se ordena solo?” Luego comenzó a guardar los juguetes de sus queridos hijos en el comedor. Pensaba en eso cuando los escuchó conversar. “Javi, me dejas dormir, por favooooooooor, no me hagas cosquillitaaaaaaaaas … jajaja”. Y Ale respondía “dale, Javi, vamos a desayunarrrrrr”.-
Entro a su cuarto, los abrazó, les ayudó a vestirse. “Los quiero mucho, saben?”.- Les preparó la lechita, los cereales y untó con manteca las tostadas, y mientras ellos saboreaban la primera comida del día, G se dirigió al quincho, para poner un poco de órden.
A todo esto ya eran las diez de la mañana, y había terminado con las labores domésticas. También estaban prolijamente cortados la lechuga, el tomate y las cebollas. Sus hijos disfrutaban del aire libre en el jardín.- Tenía que partir a buscar la carne para el asado que ya había encargado al carnicero amigo.-
Se dirigió al nidito de amor, y acercándose al rostro de S, le besó suavemente sus labios carnosos. “Buen día, primor” G, con una sonrisa. "Aquí tenés tu desayuno, y el diario.”.
Mirando la hora, G exclama “Ayyy ya son las 10.30 ! Me voy a comprar la carne. Aprovecho que pasa Luisa con su auto y después me vengo en bus, no hay problema … Porque vos no me vas a prestar tu nave cuatro ruedas, no?"
S lo piensa y no duda en responder “sabés como lo cuido. No es lo mismo que lo conduzca yo que vos … no te importa, no?”.
G “y bueno, ya me acostumbré!. Amor, por favor, acordáte de ir por las bebidas y el carbón a la esquina. Ya puse la mesa. Hice un flan de leche condensada, que tanto te gusta. Esta todo listo. Sólo falta la carne. En poco mas de una hora vuelvo y el asador me espera. Los chicos están en el jardín. Nos vemos !”. Mas besos.-
Con cariño, G le da un abrazo “Bueeeno no exageres tampoco. Eso porque sos mi amiga! Además, tenés una superlativa imaginación olfativa, o mucho hambre. Ni siquiera tengo el carbón” jaja.
Al llegar a su hogar, escucha el llanto de Ale. Rápidamente abre la puerta y lo encuentra con la nariz sangrante. “Que pasó?” pregunta a Javi, quien preocupado le contesta: “se cayó de la bicicleta”.
“Que pasa amor?”, S desde el dormitorio.
“No los escuchaste?, Javi se lastimó la nariz. Pero todo bajo control. Conseguiste las bebidas y el carbón? Son las doce y tengo que comenzar con el fuego”, le responde G con prisa.
S, con flojera, “No te puedo creer ya es mediodía ! Me entretuve con el periódico. Ya voy a la esquina, amor. Me visto en diez minutos!”
“Dale, fijate en los chicos. Ya voy yo al almacén”, G, con enojo.
Al retornar, encuentra a S y cinco de los invitados compartiendo la última cervecita que había en la heladera.-
Saludos. Como estás. Bien y vos. Todo en órden. Muaaaac Muuuac.
A solas, en la cocina. El, Gustavo: “Amor, yo te hago el asadito, pero porfi me haces un mimito este Domingo y te encargás de lavar los platos, si? Yo prometo ayudarte con el secado y guardado”.
Ella, Sofía, un poco sorprendida por el pedido. “Está bien, bombón, este Domingo me encargo yo de la cocina.”-